Por: Mg. Patricia
Ochoa Delgado de la Flor
Cuando hablamos
de proveedores, nos viene a la mente un grupo de personas o empresas que le
venden algo a una empresa cliente: Una cadena de proveedores. Y cuando hablamos de desarrollo de
proveedores, pensamos en establecer un grupo de abastecedores que cumplen con
nuestros requerimientos. De hecho esto podemos lograrlo de difrentes
maneras. Una de ellas es asegurando un
flujo comunicacional eficiente.
Sea cual sea el “lado”
en el que estemos (como proveedores o como clientes), esperamos que en nuestro
eslabón en esa cadena, se genere el margen más alto posible (generalmente
relacionado con el valor agregado). Pero
no sólo se trata de hacer transacciones de compra-venta; para entender las
implicancias de una cadena de proveedores, es pertinente hacer algunas reflexiones.
Si nuestra mirada
se limita al eslabón en el que nos desempeñamos y no extendemos la mirada hacia
el eslabón previo o hacia el eslabón siguiente, estamos perdiendo la
oportunidad de comprender y generar un valor compartido que permitirá crear una
“ventaja geométrica” respecto de los
competidores, producto de la sinergia entre los eslabones de la cadena. Por ejemplo, una empresa productora de quesos
le vende producto a restaurantes de ensaladas; la empresa podría centrarse en
producir con excelente tecnología, contar con buenos ingenieros en industrias
alimentarias y una planta de procesamiento adecuada, pero si no cuenta con una
materia prima adecuada, no podrá asegurar la calidad del producto que su
cliente necesita para que los comensales del restaurante no enfermen… entonces,
la empresa debe exigir una leche de nueva calidad? (sin contaminantes
físicos/químicos/biológicos, con el grado de acidez adecuado)…. Pero y qué significa eso para un grupo de
productores que no tuvo oportunidad de concluir el colegio?
Dicho de otra
manera, desde la perspectiva de la empresa cliente; no sólo es cuestión de
comprar y vender, sino que se trata de generar desarrollo en esas personas o
empresas proveedoras para asegurar el buen desempeño de la empresa
cliente, de manera que la actividad
económica será sostenible en el tiempo.
Esto implica esfuerzo del lado del proveedor para cumplir con los
estándares, pero también implica sacrificios del lado del comprador para trazar
una ruta de desarrollo conjunta. Este
esfuerzo podría implicar beneficios inimaginables en el futuro; proveedores
dispuestos a compartir riesgos, proveedores que innovan, que mejoran precios,
que no buscarán sacar ventaja a la primera que puedan.
Todas estas
ventajas hacen el contexto de una relación de largo plazo. Pero retrocediendo
un poco en el análisis, que factores básicos permiten una relación de largo
plazo?. Probablemente la confianza es
uno de los más importantes. La confianza
no se crea de pronto, aunque conviene tener disposición para ello (sin dejar de
estar alerta). Este clima de confianza
se genera de ambos lados, desde el proveedor que ofrece lo que realmente puede
vender o que se esfuerza por cumplir los estándares acordados con su cliente; y
desde la empresa compradora, que exige condiciones asequibles sin “ahorcar” al
proveedor. En resumen, transparencia en las condiciones de negociación.
Otro factor
básico (que de hecho está relacionado con la confianza) es la expectativa. En empresas grandes en cuya zona de operación
existen grandes carencias (desempleo/subempleo, escasa presencia del Estado,
etc.) la expectativa se incrementa de manera automática, por lo que es importante
regular esa expectativa transmitiendo reglas claras/políticas de compra, aunque
eso no promueva popularidad en primera instancia. Esto influye en o determina la necesidad de
desarrollar proveedores locales. Al margen de las razones por las que se quiera
desarrollar una cadena de proveedores locales, conviene mencionar la obvia
ventaja logística de contar con un proveedor cerca de la operación (menos costo
de transporte, disposición inmediata).
Y, para terminar esta breve reflexión, el desarrollo de proveedores locales se considera una gestión del lado de la responsabilidad social; talvez lo sea, pero considerando la responsabilidad social como el concepto que promueve una sociedad más sostenible, en la cual la empresa cliente se hará más sostenible…. Es decir, valor compartido.
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