Por Luis Cornejo Peralta (*)
Muchos aún conciben la vida de campo como aquella que, en parte, reniega de la tecnología principalmente por un tema de falta de conocimiento del uso de las plataformas y programas. Vale decir, nadie les enseño que cosa era ni para que servía. En mi experiencia, creo que eso ya ha cambiado y seguirá cambiando.
Muchos aún conciben la vida de campo como aquella que, en parte, reniega de la tecnología principalmente por un tema de falta de conocimiento del uso de las plataformas y programas. Vale decir, nadie les enseño que cosa era ni para que servía. En mi experiencia, creo que eso ya ha cambiado y seguirá cambiando.
Quizás, un proyecto de promoción de lectura podría pensarse que no es el mejor ejemplo para hablar de las tecnologías y como impactan y pueden cambiar la vida y las expectativas de las próximas generaciones de peruanos, en particular en el área rural.
En Cajamarca un grupo de niños participan del proyecto que ayuda a inculcarles el hábito de la lectura. A través de la lectura y los libros, estos niños expanden su idea sobre el mundo y sus expectativas e ímpetu por conocer más. Este impulso los lleva a leer más pero también a solicitar a Yanacocha, la empresa minera que ejecuta el proyecto, que no cese en su afán y que también les provea de acceso a la Internet.
Gracias a este pedido y otros ajenos al proyecto es que se han venido dando proyectos que buscan el acceso a tecnologías en zonas rurales principalmente y que requieren de mucha infraestructura de telecomunicaciones para que puedan convertirse es espacios permanentes y de uso constante no sólo para los alumnos del colegio sino para toda la comunidad.
La oportunidad entonces, es propicia para el encuentro, identificación y aprovechamiento de sinergías que apalanquen esfuerzos en esta ecuación cuyo resultado final será una mejor perspectiva de futuro para los niños de zonas rurales de nuestro país.
Y así, hace aproximadamente un año, el Gobierno inició el tendido de fibra óptica - Red Dorsal- de alta velocidad en casi todas las regiones de nuestro país. Ésta, será la carretera de acceso para que miles de pueblos puedan acceder por primera vez a una Internet de calidad. Esta es una oportunidad que, de ser aprovechada tanto por las instituciones públicas como el sector privado, puede hacer realidad los sueños de estos niños cajamarquinos y muchas otras regiones del Perú que gracias a la tecnología podrán tener el mundo a solo un click de distancia.
(*) Director de Comunicación Estratégica