Por: Mg. Patricia Ochoa Delgado de la Flor
¿Usted ha escuchado hablar acerca del
multitasking?. La definición más simple
es "hacer varias cosas en paralelo y no prestar el 100% de atención a
ninguna". Pudiera parecer una noción poco importante, pero es un concepto
íntimamente relacionado con la productividad, eficiencia y forma de vida de las
personas.
El
Multitasking tiene que ver con los múltiples canales de comunicación.
Coordinamos por teléfono, sesionamos vía skype, respondemos emails (muchos con
"prioridad alta"). Todo esto mientras tenemos que redactar una
propuesta o preparar una presentación en Power Point. De pronto (si creemos en
la “gestión con puertas abiertas”) alguno de nuestros colaboradores nos pide
unos minutos para conversar respecto de alguna tarea, así que debemos
atenderlo.
Toda
la literatura a la que he podido acceder, desde la teoría de la gestión de
proyectos hasta artículos médicos, indica que el Multitasking es
perjudicial. Sin embargo, en mi
experiencia al gestionar proyectos y organizaciones, me ha resultado imposible
dejar de aplicarlo.
Más
allá de mi experiencia, Usted cree que ¿es posible prescindir del Multitasking
en un entorno en el que todo se mueve al mismo tiempo y en el que nuestras
labores son un insumo para múltiples eslabones en diferentes cadenas de
diferentes procesos de las organizaciones para las que trabajamos y para los
múltiples clientes internos y externos?.
Para
responder esta pregunta, primero consideremos que el tema debe ser abordado
desde diferentes niveles: la familia, los amigos, el trabajo (y los amigos en
el trabajo) y nuestro desarrollo integral (estudios, ejercitarnos físicamente,
cultivarnos espiritualmente, etc). Como vemos, los niveles son varios y
vastos. Entonces surgen más preguntas,
¿cómo podemos sacar tiempo al tiempo?, ¿cómo lograr la eficiencia para todo lo que se nos
demanda?.
Pienso que en la
dinámica del mundo de hoy es muy difícil aplicar una sola tarea; a mi me
resulta difícil hacerlo. Y hace unos meses, entrevistando a una cliente (muy
inteligente y eficiente en su trabajo) comentó que no puede evitar el
Multitasking. Tal vez si no lo aplicáramos seríamos más eficientes o talvez nos
aburriríamos; pero la verdad es que si no lo aplicáramos no podríamos atender
las demandas imprevistas de los clientes.... No sé si es que realmente es tan
malo como se dice, considerando que nuestras mentes ya están formadas en
"entorno Windows"; nuestros niños
se “duermen” cuando realizan una sola actividad.
Por otro lado, la realidad,
por lo menos en Perú es que un director de proyectos o un gerente, no puede
dedicarse a la gestión estructurada sin sorpresas diarias (muchas de ellas
externas al equipo de trabajo). En
otros casos, los recursos del proyecto o de la organización no permiten que
exista un gestor de proyecto aparte del experto técnico; sé que esto no es lo
óptimo, pero es la realidad, así que el jefe de proyecto debe atender muchas
cosas al mismo tiempo. Entonces como
evitar el Multitasking?.
Me
atrevo a plantear que el Multitasking no es tan malo, pero necesitamos aprender
a vivir en ese contexto. Una ventaja es que nuestra mente ya está en “Multitasking”.
De nuevo con los ejemplos: mientras trabajamos un presupuesto en Excel, estamos
contestando emails de alta prioridad o actualizando la tabla de ese Excel que
está inserta en Power Point y adaptamos el texto de este documento según nos
van saliendo los resultados de la tabla; otro ejemplo, redactamos un informe en
Word mientras cualquier buscador de la web está descargando un file enorme
desde la red y en cuanto contamos con el archivo actualizamos un presupuesto
que debemos entregar con urgencia, pero en eso suena el teléfono (es uno de
nuestros principales clientes) para preguntarnos acerca del avance del nuevo
diseño que debemos entregarle en 2 días….
El Multitasking, desde
una perspectiva administrativa-teórica, se relaciona con la gestión de los
Recursos Humanos para evitarles sobrecarga.
En la vida real, necesitamos aprender y a enseñar a: planificar,
priorizar y a “desengancharnos” y “reengancharnos” rápidamente con diferentes
tareas, según lo requiera el cliente interno o externo. Ah!, y también para
cuando debemos atender algún tema familiar en medio de horas de trabajo.
Humildemente pienso que
podemos ir considerando el "Multitasking
selectivo" como una
posibilidad o incluso una necesidad. Talvez nuestras mentes ya están
estructuradas en ventanas y es así como mejor podemos trabajar y vivir, excepto
en casos en los que una tarea específica requiera de toda nuestra focalización:
una presentación importante de la que depende la definición de una estrategia
crucial para la empresa (o, en otro ámbito,
una conversación seria con alguno de nuestros hijos).
Entre las opciones para “manejar” o disminuir la
intensidad del Multitasking se tiene:
a) establecer horarios: respondo emails en un lapso determinado
por la mañana y otro por la tarde;
b) coordinar con los colaboradores en un horario determinado
diariamente/semanalmente/quincenalmente;
c) planificar las tareas
con “colchones de tiempo” que permitan virar a una tarea urgente.
Concluyendo,
el multitasking resulta inevitable en muchas situaciones, por lo que puede ser
mejor dejar de temerle y aprender a aplicarlo de manera selectiva, además de
aprender a cambiar de actividad rápidamente (“engancharnos y desengancharnos”
o, dicho de otra forma, hacer “flexible” nuestro cerebro). Y, para equilibrar
las cosas, cuando sea posible, disminuir la intensidad del multitasking
gestionando nuestros tiempos.
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